domingo, 12 de enero de 2014

PLENILUNIO DE CAPRICORNIO “Del valle oscuro a la cumbre iluminada”


dance-with-the-wind“Esta es la única salvación para el hombre. Gnosis (conocimiento oculto) de Dios. Este es el camino a la montaña” Hermes Trimegisto “Corpus Hermeticum”
Las energías difractadas a través de Capricornio y el revelador encuentro del Sol, Venus y Plutón en este signo, dotan la gran reunión jerárquica de estos días de plenilunio de una potente sensibilidad psico-emocional al estímulo del Uno universal.
Los tránsitos del Alma por los reflejos perceptivos y orientativos del reino interno, con sus cumbres y valles, con sus tiempos sincrónicos, con sus noches oscuras, con sus ritmos activos y receptivos y sus dinámicas invocativas y evocativas, nos sitúan frente a la percepción mental del cosmos (orden y belleza) en un escenario Aeón (sin tiempo ni espacio) que nos permite abandonarnos a la luz suprema, al estado de conciencia superior, al campo electromagnético a través del cuál nuestra naturaleza sensoria cruza el valle oscuro dirigiéndose  a las cumbres purificadoras de la luz del día.
Este ascenso a la montaña del Alma, tras el nacimiento de la conciencia pura (fusión amor-mente) producida por la experiencia del Ser en las distintas sendas iluminativas y purificadoras de estos tiempos convocan a nuestro alrededor un espacio de radiación pura donde la Unidad se revela a si misma a a través de la diversidad infinita de múltiples mundos y realidades.
El pensador, el buscador, el meditador siente el latido profundo de Venus (Ángel Solar) que soplando a la mente las dinámicas de luz del  5º Rayo (conocimiento concreto y ciencia) ve ascender en comunión mística la fuerza de Plutón, la energía de 1r Rayo (Voluntad-Poder) que a través del fuego de la Madre (Kundalini) es llamado a operar la magia planetaria, primero a través de la luz (Ángel de la Presencia) y luego a través del fuego (Alma-Amor).
El valle oscuro, la luz oscura, el tránsito del Alma que despierta recorre su latido más denso en busca de la memoria ancestral y los pilares cósmicos que la sostienen y dan vida, sumergen a la conciencia en el primer canal probatorio del Mago, del hijo del hombre que es también hijo de un Dios. Empujado por el renacimiento del Alma  recorre los instintos e inercias que  iluminando (con la creciente Luz del Ángel Solar) las múltiples creaciones y vidas que la mente ha impresionado en las “aguas” en el mar astral, en el akasha, dejando un registro simbólico de su evolución y vida, le permiten reencontrarse, retornar, sentir y palpitar en su propio halo de eternidad y divinidad.
La marca primegina del Espíritu, de la Voluntad que libre y Universal es el origen de la permanencia e inmortalidad de la conciencia que sucede en todos los ámbitos de la vida y la forma a través de la continúa transformación, se vive en una gran revelación de verdad, pureza y amor.
El encuentro con la luz suprema…La cabra con cola de pez reconoce la sabiduría y el amor eterno de la Tierra-la Madre-la Forma-Materia,  y las aguas nutritivas las emociones-la sensibilidad-el Amor, el gran mar astral donde toda creación mental es impresionada, le permiten producir una reorientación íntima e individual de su propio ser y proceso, abandonándose a la certeza que indefinible galopa por todos sus vehículos y circunstancias permitiéndole ascender libre al propio misterio del vacío, de la revolución, de la gnosis oculta de los tiempos, donde finalmente Pegasus resurge en la cima elevándose sobre si mismo, transformando su esencia mitad animal mitad hombre para reencontrar la revelación de su verdadera constitución cósmica divina.
La luz suprema se revela entonces. El primer iniciador y maestro el Alma, despliega su poder sobre el reflejo micro-cósmico del Todo que ha transitado con valeroso esfuerzo los fuegos purificadores de su naturaleza mental y emocional.
Sumido en la gran luz eterna de la vida palpita en aquello que no tiene nombre y la “unificación” sucede revelándole las sendas de servicio donde comprenderá, actuará, construirá, y organizará su propia evolución y la del mundo.
Renacido en la substancia suprema del cosmos, el hombre, el ser, la conciencia en la cumbre luminosa observa el valle oscuro de las realizaciones.
El Maestro, el Alma ha impregnado su vida con la marca del servidor que intuye en lo más profundo el camino hacia la salvación.
Pegasus vuela, trasciende, se eleva en múltiples espacios y tiempos de la vida marcando a fuego la compasión que le convierte en potencial salvador del mundo.
El latido del Uno sigue entretejiendo la entrega del hombre a su propio destino. La luz cegadora le aleja de la percepción de toda forma mental.
Prometeo se libera…La luz baña la cumbre.
El Ser reconoce su marca de vida y las señales le muestran al Ángel Solar y a la Madre Lunar. Del mismo modo el Uno revela su reflejo y la sombra y el valle se extiende frente a él…
Descenderá a la materia por el sacrificio sagrado de la vida…Volverá a caminar para cerrar su ciclo en Acuario y Piscis, y renacerá a la “nueva actividad” que lo innombrable ha dejado en sus aguas en Aries.
Del valle oscuro a la cumbre de la montaña el peregrino continuará la experimentación sagrada de si mismo. Los senderos de purificación serán recorridos por su percepción.
La Verdad el Amor y la Pureza serán un día la marca del hombre divino. Y en sus ojos…ya sólo existirá el retorno que sucede únicamente a través de sus manos operando en la materia.
“Hacerte entonces a ti mismo para crecer a la misma estatura que la grandeza que sobrepasa toda medida; un salto adelante en cada cuerpo, trascender todos los tiempos…convertido en eternidad…así has de conocer a Dios” Trimegisto.
Bendita la danza de visionarios y sus almas.
Namasté
Anabel.C.Huertas
Publicacion Original : http://angelesdebarro.com/

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