Con el plenilunio de Sagitario iniciamos un periodo ascendente de actividad energética que nos envuelve e influencia en uno de los más importantes “ritos de tránsito” al que se somete la conciencia emergente.
El Fuego de la Vida-Voluntad-Shambala nos rodea e interpenetra con su fuerza sintetizadora mientras se reencuentra con el Fuego oscuro de la Madre, su transmisor, su cáliz, su vientre y grial sagrado destinado a contener y materializar la conciencia, el Hijo, el gran centro radiactivo que es capaz de servir como puente entre la actividad objetiva del mar físico cósmico y la actividad subjetiva del Todo en el Todo.
Tras la creciente experiencia por la cueva mística de la puerta solstiscial de Cáncer donde hemos recorrido las distintas densidades de los cuerpos extrayendo la luz de la materia en una profunda actividad de auto-conocimiento destinado al aprendizaje del manejo y la dirección de la energía como “servidor-salvador” de la miríada de vidas dévicas que co-crean en diferentes sendas de una auto-existencia común nos eleva hasta el momento actual de encuentro y magia planetaria.
“Veo la meta, alcanzo la meta y luego veo otra”. La reunión jerárquica del plenilunio nos ofrece antes del ancestral rito solstiscial una reveladora llave preparatoria para el gran portal. Una fuerza de unión liberadora, donde el alma de Gaia a través de la Jerarquía y la Humanidad envuelve su cuerpo planetario de la maravillosa sinfonía del Amor, donde los acordes del Plan pueden ser “tocados” y las más bellas cajas de rosonancia del cosmos, pueden interpretar la danza de la transformación, el canto de un nuevo tiempo que trasciende dimensiones en el alquímico viaje desde la sucesión (percepción lineal del tiempo-espacio) hacia la simultaniedad (percepción circular donde el eterno presente forja el “fin de los tiempos”).
El recorrido por los puntos cardinales de nuestro ser y el creciente fuego que ha envuelto el manto etérico de la creación y la manifestación de una nueva humanidad auto-convocada en los misterios del cielo, nos introduce en la experiencia de una gran fuerza sintetizadora, que progresa a través de la radiación interna de forma geométrica permitiendo el traslado entre dimensiones que otorga la “visión” necesaria para interpretar las vidas y universos que se compenetran desvelando las lineas energéticas de la conciencia cósmica.
El idealismo y la devoción de la era pisciana, es substituido por el orden ceremonial de la era acuariana. Ambas fuerzas, una saliente que ha asentado los pilares de la creación divina (Amor-Crístico) y otra entrante rebosante de misterios y revelaciones que ha de instaurar el periodo de magia planetaria o exteriorización de la Jerarquía, nos han conducido durante el periodo precedente a la culminación de la coordinación y control de nuestros diferentes cuerpos, preparándonos para la experiencia de ser “puente”, de ser “escenario”, de ser la conciencia de vida que permite la materialización del Quinto reino en la Tierra.
En el preámbulo de un ciclo mayor de evolución nuestro servicio en distintos caminos de un mismo destino, hemos llevado a cabo la sacralización de la tierra y sus profundidades, las inercias, los instintos de una sociedad pasada que limitada por las cadenas del miedo ha sido incapaz de resonar en su nivel más elevado de Amor, y que ahora, tras una tremenda y responsable acción sobre los instintos y karmas planetarios ofrece al gran Todo, un cáliz reluciente, un sagrado grial alquímico donde el matrimonio del Padre y la Madre pueden ser consumado dando nacimiento a la eterna primavera de una conciencia ilimitada que lleva a cabo las iniciaciones más elevadas del universo.
“Las cosas ocultas se harán claras y los secretos se gritarán a los cuatro vientos”. Las palabras de Jesús nos revelan el profundo y transformador viaje que tenemos el privilegio de llevar a cabo.
La cada vez más creciente fraternidad y simbiosis de la humanidad con sus grupos de fuerza y familias de luz y el exultante renacimiento de los reinos inferiores al movimiento evolutivo hacia el que son guiados por la responsabilidad de aquellos que expanden y rompen sus límites liberando el poderoso amor del Alma, nos sitúa en un momento excepcional de la era de acuario…El principio del Orden ceremonial y la Magia planetaria, donde las leyes universales se manifiestan por sagrados conductos lumínicos (humanidad) trascendiendo los velos y el pasado que ocultaban la senda de regreso al Hogar Divino.
La puerta de los dioses se abre el 21 de diciembre, permitiéndonos el encuentro con el Maestro Interno que rebosa del ardiente nuevo tiempo. De inmediato la colina iniciática de Capricornio nos envuelve en la luz suprema de lo inmanifestado, del Gran Poder que hace estallar el caos en los eternos instanstes de un nuevo orden y un nuevo sistema.
Cada luz en el sendero, cada individualidad que se ha sometido a los designios incomprensibles del Alma en un trabajo sin precedentes de “salvación” y elevación de la conciencia personal y global, encuentra la “Verdad y la Belleza” que nace de la polaridad trascendida y que reúne, en los vestíbulos del Padre, una interminable red de ángeles y devas custodios del Plan, que se asientan en los templos del conocimiento antiguo transmutándolos en los estandartes de luz y fuego que han de restaurar el Paraiso en la Tierra.
Los hombres y la fuerza inviolable de su Alma despierta se convierten en el puente que abre las puertas a los senderos mayores. La Osa Mayor, las Pléyades y Sirius se atisban como insufladoras sendas iniciáticas que han de producir la reconexión de la sabiduría milenaria, de oriente y occidente, de ciencia y espiritualidad manifestando el poder del milagro, la senda de la magia que Cristo reveló como inherente al amor más puro y compasivo.
“El que cree en mi, también hará las obras que yo hago, y aún mayores que estas hará”.
Namasté
Cada vez somos más en el sendero, y el sendero cada día brilla más.
Anabel.C.Huertas
Publicacion Original: http://angelesdebarro.com/
Imagen: “Metamorfosis 2″ NEAoriginal https://www.facebook.com/neaoriginal
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