martes, 17 de enero de 2012

- LA LEY DEL AMOR- (extracto del libro Las Leyes Espirituales de Vicent Guillem)



 El destino del espíritu es alcanzar la felicidad a 
través de la experimentación del amor 
incondicional, por libre decisión de su voluntad. 

•  Sin amor no hay evolución. Sin amor no hay 
sabiduría. Sin amor no hay felicidad. 

•  El amor es la fuerza armonizadora y 
dinamizadora del universo espiritual. 


Ya has mencionado la ley del amor en multitud de ocasiones pero ¿qué es, 
según tú, el amor? 
El amor puede definirse en su grado máximo como la capacidad de sentir a 
los demás como a uno mismo.  

¿Pero el amor existe realmente o es sólo un concepto abstracto? 
Existe realmente y se manifiesta como  una intensa vibración de la esencia 
vital o principio espiritual que se transmite a todos los planos de la existencia, 
desde el plano espiritual, pasando por el mental y el astral, hasta llegar al 
físico. La manifestación del amor en el plano energético es la energía de más 
alta vibración, la luz más brillante, la luz de las estrellas. Esa vibración, la 
vibración del amor, al igual que la luz, se puede transmitir y ser percibida. 

¿Y qué es lo que se experimenta exactamente con el amor? 
Cuando un ser experimenta el amor verdadero, se siente lleno, plenamente 
feliz, invadido por una vibración, una fuerza y una sensibilidad extraordinarias. 
Ya no necesita nada más para ser feliz. El espíritu inspirado por el amor siente 
el deseo de transmitir a los demás ese bienestar y ayudarles a que sean 
felices, porque se siente conectado con ellos, como si formaran parte de él. 
Invadido por el amor, su cuerpo astral eleva su vibración de manera que el 
aura se expande enormemente y se vuelve muy brillante. Cuanta más 
capacidad de amar tiene el ser, más alta es su vibración y mayor energía es 
capaz de transmitir. Cuando alguien ama transmite esa vibración amorosa a 
los demás. Si el receptor o receptores de la misma son sensibles, lo perciben 
como una oleada de calor intenso que no quema, una vibración que lo 
recorre a uno por completo, que llega hasta el rincón más profundo, como si 
llenara cada uno de los poros de su alma, estremeciéndole y haciéndole 
sentir como envuelto por una nube de paz y armonía. En ese estado de 
bienestar interior uno se siente optimista, alegre, relajado, sereno y descubre 
que los problemas de su existencia no son tan graves.  

Lo que describes parece una experiencia muy mística. No sé hasta qué punto 
es accesible para nosotros, lo humanos.  
Es accesible, pero estáis tan materializados que os falta sensibilidad, tanto 
para dar como para sentir directamente el amor. Es como intentar escuchar 
la radio al lado de una taladradora en marcha. Por eso, más que sentir el 
amor, lo que la mayoría apreciáis son los actos que se hacen por amor, 
aunque a la mayoría le resulta difícil de entender qué motiva a actuar a una 
persona de esa forma.  

¿Y por qué es una ley espiritual el amor? 
Porque está escrita en el interior del espíritu: el espíritu necesita amar para ser 
feliz. En ausencia de amor, el espíritu se marchita como una flor arrancada de 
raíz. 
 Si por la ley del libre albedrío el espíritu necesita ser libre para poder ser feliz, 
por la ley del amor, el espíritu necesita amar para ser feliz. Si unimos estas dos 
leyes en una diríamos que el espíritu necesita amar en libertad para ser feliz. 

Si el amor es necesario para la felicidad del espíritu, ¿por qué no nacemos 
todos amando? 
Es otra de las capacidades, la de amar, que el espíritu ha desarrollar por sí 
mismo en su proceso de evolución. Como ya he dicho, la chispa espiritual, 
cuando es creada, tiene en potencia numerosas capacidades, pero necesita 
desarrollarlas. Una de ellas es la capacidad de amar. Desarrollar la 
capacidad de amar es el objetivo más importante del proceso evolutivo el 
espíritu. El amor es la fuerza armonizadora y dinamizadora del universo 
espiritual. 

¿Cómo el amor influye en la armonía del universo? 
¡Por un acto de amor existimos todos los seres espirituales! El amor es la fuerza 
que alimenta cualquier impulso creador. El amor es la base sobre la que se 
sustenta la solidaridad espiritual universal. El espíritu inspirado por el amor 
siente el deseo de ayudar en la evolución a todos los demás seres de la 
creación, para que sean capaces de experimentar por sí mismos la felicidad 
que emana del amor. Sólo sobre la base del amor se construirá lo verdadero y 
lo duradero. 

AMOR VS EGOÍSMO 

¿Cuál es el primer paso que uno debería dar para poder amar? 
Para amar es necesario sentirse a uno mismo, y para sentirse a uno mismo es 
necesario conocerse a uno mismo. Si quieres amar a los demás, aprende 
primero a amarte a ti mismo, a través de conocerte a ti mismo. El que no se 
quiere a sí mismo no puede querer a los demás. 

¡Pero yo tenía entendido que para amar a los demás tienes que renunciar a ti 
mismo! 
En absoluto. Lo que tienes que hacer es renunciar a tu egoísmo, pero no a tus 
sentimientos. Lo que ocurre es que tenéis un concepto de lo que es el amor 
que es incorrecto, porque mezcláis el  amor con el egoísmo. Amarse a uno 
mismo no es creer que uno es mejor que los demás y que por ello ha de 
dedicarse a satisfacer caprichos egoístas, sino reconocer las necesidades 
afectivas propias, los sentimientos, y desarrollarlos para que sean el motor de 
nuestra vida. Por esto he dicho que para amar verdaderamente es tan 
importante conocerse a uno mismo. Conocerse implica saber distinguir entre 
lo que sentimos y lo que pensamos, reconocer entre lo que viene de nuestro 
sentimiento y lo que viene de nuestro egoísmo.  

¿Entonces, cómo distinguir lo que es el amor de lo que no lo es? 
El amor en su máxima expresión ha de ser incondicional. El que ama 
verdaderamente no espera nada cambio, y el que actúa por interés no está 
amando verdaderamente. El amor ha de ser libre, si no, no es amor. No se 
puede forzar a nadie a amar.  
El que quiera amar ha de querer también renunciar al egoísmo. El amor y el 
egoísmo son conceptos contrarios, incompatibles entre sí, antagónicos. No se 
puede amar sin renunciar al egoísmo, ya que el egoísmo es en realidad la 
ausencia de amor. Aprender a amar es lo mismo que aprender a 
desprenderse el egoísmo. El que aumenta su capacidad de amar disminuye 
su egoísmo y viceversa. 

¿Y cómo aprende el espíritu a amar? 
Es un proceso continuo que requiere muchísimo tiempo de evolución. Lo 
comienza el espíritu antes de iniciar la fase humana y no lo termina nunca, ya 
que siempre hay algo nuevo que aprender respecto al amor. Como el 
aprender a hablar, no hay otra forma de desarrollar el amor que no sea través 
de la interacción constante con otros seres. En las primeras etapas, cuando el 
ser espiritual está escasamente desarrollado, experimenta el amor que otros 
seres más avanzados sienten hacia él en forma de emociones. Esto le hace 
sentir bienestar. También ha de experimentar lo que es la ausencia de amor, 
es decir, el egoísmo de otros seres  que, al igual que él, todavía no son 
capaces de amar. Esto le hará sentir emociones de malestar, pero también le 
permitirá reconocer, aprender a distinguir mejor entre la ausencia y la 
presencia de amor y a valorar la presencia de amor, lo cual servirá de 
estímulo para poder desarrollar en sí mismo los sentimientos. Es decir, antes de 
ser capaz de amar, el ser espiritual se sensibiliza como receptor del amor de 
otros seres más avanzados, que le sirven de ejemplo de lo que es ser emisor 
de amor. También ha de convivir con otros seres con el egoísmo igual o más 
acentuado que ellos mismos, que son un ejemplo de lo que es la ausencia de 
amor. Todas estas interacciones le motivarán el desarrollo, primero de las 
emociones, y más tarde de los sentimientos. 
Una vez el espíritu reconoce el amor que ha recibido de los demás es cuando 
está preparado para ser un emisor de amor. Serán los seres que le amaron los 
primeros hacia los que se le despertarán los primeros sentimientos de afecto 
(usualmente hacia algún miembro de su  familia), mientras que el resto de 
seres, los que se comportaron con egoísmo hacia él, serán enemigos, y los 
que nunca tuvieron relación con él, simplemente serán seres por los que 
sentirá indiferencia. En esta etapa, el espíritu es apasionado en los amores, 
vengativo y rencoroso en los desamores. Llegará otra etapa más avanzada 
en que el ser ya no querrá perjudicar a los que le hicieron daño, porque se da 
cuenta que el sufrimiento en sí mismo es algo negativo, incompatible con el 
amor, abandonando la venganza como forma de resarcimiento por el daño 
recibido. Esta etapa la podríamos denominar amor condicional avanzado. 
Llegado cierto momento, cuando el grado de comprensión y de sensibilidad 
 del ser ha aumentado considerablemente, ya está preparado para dar el 
gran salto, el de querer a todos los demás seres de la creación, incluyendo a 
aquellos que le odiaron y le despreciaron y le hicieron sufrir lo indecible. Es 
decir, ha entrado en la etapa final, en la que se alcanza el amor 
incondicional, aquel amor que predicaron los seres avanzados como Jesús 
cuando decían “ama a tu enemigo”. Por supuesto, esto no ocurre de la 
noche a la mañana. Serán necesarios  millones de años de evolución para 
recorrer el camino desde la primera a la última etapa.

* Para descargar el libro LAS LEYES ESPIRITUALES podeis ir a este enlace:
http://lasleyesespirituales.blogspot.com/

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