“Cada forma es una puerta a las fuerzas infintas:para el que tiene ojos las puertas son sus ojos;
para el que tiene oidos las puertas son sus oidos;
A cada uno se le da algo distinto, pero la fuerza es una única.
Alegraos en vuestros corazones pues lo nuevo se os abre”
Pitágoras
Este plenilunio nos ofrece la posibilidad de trabajar con las energias que piscis como signo de culminación nos ofrece.
Cerramos el circulo y nos preparamos para adentrarnos totalmente enfocados en la “nueva visión”, evocando la fuerza de síntesis que en esta lunación nos embarga para permitirnos anclar definitivamente la muerte de la separatividad que nos dirigirá a renacer en Aries a una nueva via de experiencias superiores.
“Regreso a la casa del Padre, y retornando salvo”. Esta elevación sólo es posible desde un escenario de amor englobante donde todos nuestros vehículos inferiores están sutilmente entregados a la elevación de su forma para al retonar ofrecer su servicio al mundo de la materia y sus reinos derramando la fuerza ignea del Primer Rayo de Voluntad y Poder.
Pisicis y sus aguas oscuras e iniciáticas del abstracto absoluto nos sumergen especialmente durante este tiempo en una profunda aspiración hacia lo Superior, revelando que durante los periodos anteriores el contacto intenso con las jerarquias y devas solares ha propiciado un refinamiento en nuestra capacidad de abstracción sensible, desde donde el reconocimiento de la conciencia superior ha sembrado su fruto.
Mercurio en conjunción con Urano afianza en nuestra mente un puente dimensional entre los estados superiores e inferiores, donde la fuerza de Urano se afana para quebrar las viejas estructuras y patrones de los véhículos físicos, para que el relámpago de la “Visión” se refleje a la perfección acercándonos al entendimiento del Propósito.
La conjunción de Venus con Júpiter derrama sobre nosotros la esencia del 5º reino, refinando nuestra lógica para expandirla y dotarla de la fuerza y la comprensión que en la mente enfocada da nacimiento al impulso de Sabiduria Interior, que será nuestra guia para desentramar los códigos y frecuencias que permitirán la concretitación de todas las experiencias sutiles que hemos ido almacenando como protocolos de un nuevo movimiento de reconocimiento ascendente.
Júpiter, regente ortodoxo de piscis empuja nuestra conciencia ampliando la perspectiva interna que se afana en ex-sistir (salir hacia) promoviendo un proceso de fusión entre todos los agentes que deben participar de la expresión pura y manifestación de nuestro potencial Nuevo Ser.
Piscis, servidor del mundo por excelencia y fuerza regente de la era anterior, nos invita en este plenilunio a unir en el centro de una conciencia individual que polariza hacia una conciencia global y grupal la fuerza de la abstracción a las realidades inmediatas, desde donde podemos “unir” y después “salvar”, los dos mil años de evolución pisiciana que se asientan como motor o vehículo de contacto para la mente acuariana.
Los Nuevos trabajos de una mente creadora enfocada en total armonia y participación con las fuentes de los nuevos escenarios y realidades superiores sólo son posibles desde el asentamiento y desarrollo de las fuerzas crísticas interiores. “Amaos, los unos a los otros…”Sólo desde la exteriorización del Cristo interno y de su enfocado y trascendental servicio a la humanidad, generaremos el crecimiento y progresión de la sensibilidad que nos permitirá “dejar de progresar en forma aritmética para asentar en nuestro desarrollo la progresión geométrica”, cuyo movimiento creador es más refinado y cercano a la fuente.
Sumerjámonos en nuestras aguas interiores, regresando al mundo para servir, con la fuerza y claridad, que como mediadores entre los reinos de vidas solares y lunares tenemos el deber de manifestar, custodiar y expresar para anclar definitivamente los patrones energéticos que nos revelarán como el punto de unión más bello donde todas las fuerzas experimentarán la Gran Unificación.
Anabel.C.Huertas
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