lunes, 3 de diciembre de 2012

ALINEACIÓN PLANETARIA 3 DE DICIEMBRE 2012 - de Anabel C Huertas


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Hoy se vuelve a gestar en los cielos, una alineación planetaria, de alta influencia y empuje consciente para la humanidad.
Una nueva oportunidad energética, que nos permite desde los puntos más elevados de nuestra esencia, gestionar y dirigir esta gran fuerza triádica, comprendiéndola, aplicándola y utilizándola para conseguir un gran estímulo de los centros etéricos.
Esta triádica reunión sobre las pirámides de Egipto, intuimos tiene un poderoso efecto “llave”, que ha de permitir el continúo flujo de energias entre los centros celestiales y los centros etéricos de Gaia, generando el espacio de la 4ª dimensión, donde los reinos dévicos y jerárquicos que son llamados a co-crear en íntima síntesis, pueden reunirse en un mismo nivel vibratorio, influenciando los éteres que deben manifestar la nueva tierra en la 5ª dimensión.
Mercurio, el mensajero, insuflador de un triángulo energético cósmico, formado por Acuario, Tauro y Piscis, ejerce su influencia sumándose a la alineación, determinando un cambio de gestión en su fuerza (antes dirigida  por la Jerarquia) para entregarla a la humanidad, quien ha ampliado la dimensión de su conciencia, dando los primeros pasos hacia el despertar y el despliegue del mundo intuicional, o álmico.
La fuerza destilada por el planificador Mercurio, nos introducen en la revelación de un nuevo trabajo enfocado entre la humanidad y la Jerarquia Espiritual. Acuario (vida abundante y dinámica de la futura influencia), Piscis, (la inspiración crística capaz de restaurar el pasado para influenciar el campo de fuerza del presente) y Tauro (el ojo de Dios, dador de la iluminación presente) vivifican la memoria oculta, permitiéndonos a través de la re-apertura de las pirámides la seguridad interna respecto al trabajo de la humanidad con la gran Logia, (cuando ambas se encuentran reunidas en procesos creadores definidos).
El antiguo comentario expresa así la influencia de la fuerza triádica de Mercurio: “Que el discipulo aprenda a utilizar su mano para servir. Que busque en sus pies la marca del Mensajero. Que aprenda a ver con el ojo que observa situado entre los ojos”.
Venus, alter ego de la Tierra, forma junto a Saturno otro triángulo de fuerza que es desarrollado ampliamente en este tiempo para influir en el esquema mental de la humanidad, generando el punto focal, o llave maestra que conduce a la apertura del plano budhíco, donde la influencia de la mente cósmica (Sirius) puede comenzar a ser reconocida.
Saturno y su influencia sintetizadora de los estados psicológicos y subplanos mentales, es el punto focal de Sirius, y reparte la vida de su esquema a todo el sistema solar.
Venus a su vez, difracta la energía de las Pléyades, generando una alto desarrollo del cuerpo causal y su vehículo el centro cardíaco.
El estímulo del ritmo acuariano vivificado por Mercurio, nos empuja al pensamiento constructivo y consciente, donde empezamos a percibirnos como “pensadores constructores de dharma” y permitimos que el equilibrio entre las fuerzas interiores y exteriores nos libere de las mareas emocionales para conducirnos a la “iluminación” que es capaz de generar desde el plano mental (la energia sigue al pensamiento) la fusión de dos de los aspectos inferiores, el físico y el emocional.
Este influyente acontecimiento cósmico sucede en la constelación de Escorpión “soy el guerrero que sale triunfante en la batalla”, mientras el sol se encuentra en Sagitario ” veo la meta, alcanzo la meta y luego veo otra” y a pocos días de la alineación galáctica de Capricornio “donde se produce la transfiguración del guerrero”.
El acontecimiento astrónomico nos dirige al pensamiento interno y a la comprensión de los distintos estados y unificaciones progresivas que nuestro Espíritu está llevando a cabo, y en este instante el foco de atención se centra en la responsabilidad de reconocer todas las unidades de conciencia y las fuerzas personales que deben “especializarse” para “conocer la energia de la personalidad, imponerle un rítmo energético superior y contactar con las energías grupales de la misma tónica”
En mayor o menor grado destellos de la conciencia del Maestro son sentidas de forma dual, y la conciencia egóica debe encontrar su responsabilidad para la conciencia grupal, permitiendo su fusión en una Unidad emergente (simiente dela civilización venidera) que debe gestar la cosmocracia o era de acuario, fusionando el Maestro personal y el Dios interno.
Esta gran influencia astronómica supone un poderoso aporte hacia el auto-conocimiento, y nos permite continuar nuestra senda probatoria, como co-creadores, probando nuestras capacidades, reconociendo el refinamiento de nuestra forma, estimulando nuestra nueva percepción grupal y esotérica para conducirnos en la confianza y la seguridad que Acuario y su agua de Vida (conciencia) es la renovada esencia que surge sin esfuerzo desde nuestro manantial interno: “el servidor de la raza vertiendo el agua viviente de la purificación” que derriba las barreras de la separatividad y consigue transmutar la conciencia individual en la gran fuerza grupal que nos convertirá en la réplica de la Jerarquia en la forma.
Namasté
Anabel.C.Huertas

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